martes, 30 de agosto de 2011


Podrá nublarse el sol eternamente,
podrá secarse en un instante el mar;
podrá romperse el eje de la tierra
como un débil cristal.
¡Todo sucederá! Podrá la muerte
cubrirme con su fúnebre crespón;
pero jamás en mi podrá apagarse
 la llama de tu amor.
© Gustavo Adolfo Bécquer (1836 – 1870)

No hay comentarios:

Publicar un comentario